sábado, 25 de octubre de 2014

(Capítulo VI) La ensoñación. Mi experiencia en Exodus.

   
Hoy correspondo con estas letras a quien me lee; de la única forma que conozco de retribuir la gentileza: dando. Pero ¿Qué puedo ofrecer a ustedes que lo merecen todo? A quien se despierta con el corazón desbordado por un nuevo amanecer, o a quien se acuesta afligido por una gran pena. Ah, si pudiera darles un ramo de rosas rojas se las daría, pero no puedo, al menos no de las de verdad.  ¿Y si comparto con ustedes mis incógnitas en cuanto a la película y el paralelismo que me tocó vivir?  Ya sería un comienzo, una forma de entrega. Una compensación a su dedicada atención a quien escribe. Quizás pudiera aportar alguna clave para despejar algún panorama actual que les atañe.

domingo, 19 de octubre de 2014

(Capítulo V) El ángel exterminador. Mi experiencia en Exodus.

 
     Ah..., si pudiera liberarme del estado de cerrazón perenne que padezco. Si atinara, aunque sea por una vez, a colocarme en el verdadero lugar de los "otros". Si, lejos de cargar el peso de mis tribulaciones; al menos, por una vez en la vida, cargara la de los demás. Ah..., entonces tendría algo importante que contar. Pero... para hablar de mí mismo, poco o casi nada tengo que aportar. Atado estoy a este cuerpo y a esta mente hace tanto tiempo, que soy incapaz de atarme al cuerpo y a la mente de alguien más. Vivo en una repetición constante de lo que soy, que lejos de aminorarse, se intensifica. A medida que gano espacios en este mundo; aligero mi equipaje material, abultando el intangible; me alejo inexorablemente de la libertad. ¡Libre es aquel que no tiene pensamientos y comparte la vida ajena!  ¡Libre es aquel que no escribe y sabe vivir! Que no habla pero convence..., quien ha logrado escapar y saltado al mar ¡Libre es aquel que llaman loco! y aun así, deambula. Vicioso soy, de un mundo en el cual sólo yo habito.

domingo, 12 de octubre de 2014

(Capítulo IV) El marshal y la niña. Mi experiencia en Exodus.

 
 "Con el brazo estirado, señalando al horizonte, sobre las rocas,  inspirados en las escenas románticas del viejo testamento y vestidos  como hace 3000 años, los marshals nos convertimos en pastores de la gente"

   En menos de 24 horas de mi aparición en Exodus, las tres líneas de acción que desempeñaría  en la superproducción, estaban decididas, ora por funciones, ora por fortuna. En la primera, como ustedes saben, actuaría como extra, eso estaba claro. Era, digamos, la actividad esperada para la cual fui contratado. La segunda línea de acción menos premeditada; respondió a la observación “in situ” que, sobre un grupo de ocho personas, había realizado el departamento de casting: adjudicándonos el  peculiar mote de “Marshals”,  mote este, que nos confería autoridad organizativa, sobre los cientos de personas que comprendían la figuración. La tercera línea de acción es más difícil de explicar. Se debió a la confluencia de necesidades de la alta dirección de la película; que por razones por develar, recayó en mí. De las dos primeras, puedo hablar, con cierta libertad. De la tercera, no; o al menos, no aún; ya que este desempeño -además de tocar pasajes del argumento-  está revestido de un "halo" que, según mi parecer, pertenece más al mundo de los "enigmas"; que al mero requerimiento técnico de una producción cinematográfica.

sábado, 4 de octubre de 2014

( Capítulo III ) Los extras. Mi experiencia en Exodus.


 
      Narro estos hechos desde el microcosmos al que pertenezco, con la convicción de no estar incumpliendo con los acuerdos de confidencialidad  que como figuración, asumimos  en su oportunidad. En cada capítulo me adentro, cada vez más,  en  mi experiencia, desde el punto de vista humano; lejanamente descriptivo; para no traspasar las líneas argumentales de la película, que ni conozco. Salvo, una. Por respeto a ustedes, jamás revelaría lo que no debo, antes de tiempo; ni escondería lo que sí puedo comentar. Mi única intención es compartir estas vivencias, que quizás pudieran ser útiles para alguien que me lea, ojalá. Presumo además, salvando las galácticas distancias que me separan  del personaje,  que el señor director Ridley Scott sería mi primer protector, en el supuesto negado de las controversias.